1.- Dios tiene predilección por los
sencillos; aún más Dios se hace presente en lo sencillo, pequeño y cotidiano.
En aquello que incluso nosotros no damos importancia, Dios está ahí. El profeta
Elías, busca a Dios y no le encuentra en lo espectacular, en el terremoto, en el
viento huracanado, en el fuego arrasador… Dios se hizo presente en “una suave y tenue brisa”
2.- Tras la resurrección, y con la presencia del Espíritu Santo en su corazón, Pedro define a Cristo con estas palabras: “Paso haciendo el bien y curando toda dolencia”, la sencillez por bandera para describir la vida, mensaje y obra del Maestro de Nazaret, de un hombre-Hijo de Dios que cambió la historia.
El diseño de vida de Cristo es para sencillos: ¿Quieres ser discípulo mío?, pues toma tu cruz y sígueme; ¿quieres ser grande? pues hazte pequeño y servidor de los demás; ¿quieres ser el primero? pues sé el último; ¿quieres tenerlo todo? pues vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y sígueme.
3.- Nuestra mirada, en este mes de mayo, nos acerca hasta María, la sentimos como madre, a quien rendimos culto, como la mujer pequeña de Nazaret, como MADRE SENCILLA y de los SENCILLOS.
María, fue aquella joven que proclamó, EN EL MAGNIFICAT, las maravillas que Dios había hecho en su vida, tras decirle SI al Señor.“Me llamarán todas las generaciones bienaventurada, pero no por mi valor; sino por las maravillas que Dios ha hecho conmigo”
Cuando el Ángel anuncia a María la elección, por parte de Dios, como MADRE DEL MESIAS, de los labios de María nace aquel “Hágase en mi según tu Palabra”; oración que realizará Jesús, hijo de María, años más tarde en Getsemaní “… No se haga mi voluntad sino la tuya”
Se siente la esclava del Señor, no hace alarde de la categoría y rango que adquiría a los ojos del Padre, se despoja de todo título y entiende la maternidad como servicio, ayuda, cuidado y entrega. Por ello se encamina hasta la casa de su prima Isabel, que ya mayor esperaba un hijo.
4.- Os invito desde la actitud de vida de María a esta reflexión:
- CONSTRUIR una Iglesia sencilla donde todo el mundo tenga sitio. Donde nadie se vea apartado o echado fuera.
- Una parroquia que sea CASA DE TODOS donde no nos fijemos en las apariencias, sino que miremos el corazón.
- Una parroquia, que acoja a quien se acerque a ella, prescindiendo de su de su grupo, condición, social, política, económica...
- Seamos puentes que acerquemos los hombres a Dios y nunca jamás muros que separen y dividan. Que cualquier ser humano que quiera acercarse al Señor, encuentre en nosotros el estilo de sencillez de la Virgen María.
El gran pecado del cristiano de todos los tiempos es que nuestra vida y actitudes alejen al ser humano de Dios, en vez de ayudarle a encontrarse con Él.
2.- Tras la resurrección, y con la presencia del Espíritu Santo en su corazón, Pedro define a Cristo con estas palabras: “Paso haciendo el bien y curando toda dolencia”, la sencillez por bandera para describir la vida, mensaje y obra del Maestro de Nazaret, de un hombre-Hijo de Dios que cambió la historia.
El diseño de vida de Cristo es para sencillos: ¿Quieres ser discípulo mío?, pues toma tu cruz y sígueme; ¿quieres ser grande? pues hazte pequeño y servidor de los demás; ¿quieres ser el primero? pues sé el último; ¿quieres tenerlo todo? pues vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y sígueme.
3.- Nuestra mirada, en este mes de mayo, nos acerca hasta María, la sentimos como madre, a quien rendimos culto, como la mujer pequeña de Nazaret, como MADRE SENCILLA y de los SENCILLOS.
María, fue aquella joven que proclamó, EN EL MAGNIFICAT, las maravillas que Dios había hecho en su vida, tras decirle SI al Señor.“Me llamarán todas las generaciones bienaventurada, pero no por mi valor; sino por las maravillas que Dios ha hecho conmigo”
Cuando el Ángel anuncia a María la elección, por parte de Dios, como MADRE DEL MESIAS, de los labios de María nace aquel “Hágase en mi según tu Palabra”; oración que realizará Jesús, hijo de María, años más tarde en Getsemaní “… No se haga mi voluntad sino la tuya”
Se siente la esclava del Señor, no hace alarde de la categoría y rango que adquiría a los ojos del Padre, se despoja de todo título y entiende la maternidad como servicio, ayuda, cuidado y entrega. Por ello se encamina hasta la casa de su prima Isabel, que ya mayor esperaba un hijo.
4.- Os invito desde la actitud de vida de María a esta reflexión:
- CONSTRUIR una Iglesia sencilla donde todo el mundo tenga sitio. Donde nadie se vea apartado o echado fuera.
- Una parroquia que sea CASA DE TODOS donde no nos fijemos en las apariencias, sino que miremos el corazón.
- Una parroquia, que acoja a quien se acerque a ella, prescindiendo de su de su grupo, condición, social, política, económica...
- Seamos puentes que acerquemos los hombres a Dios y nunca jamás muros que separen y dividan. Que cualquier ser humano que quiera acercarse al Señor, encuentre en nosotros el estilo de sencillez de la Virgen María.
El gran pecado del cristiano de todos los tiempos es que nuestra vida y actitudes alejen al ser humano de Dios, en vez de ayudarle a encontrarse con Él.
Es todo un reto para nuestra Iglesia
del siglo XXI, dar testimonio del amor de Dios mediante la sencillez
En una sociedad individualista, del
YO por encima del NOSOTROS; en una sociedad donde prima la apariencia, lo
externo, el TENER por encima del SER; en una sociedad en la que mirarse al
ombligo, creyéndose imprescindible, es nota dominante… La Iglesia, el
cristianismo, necesita de hombres y mujeres que apuesten por la sencillez de
corazón, haciendo de su vida una entrega generosa al prójimo, especialmente a
los más débiles y desfavorecidos.
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