El domingo, en la Eucaristía de la Ascensión
del Señor, 9 niñ@s de nuestra parroquia renovaron las promesas del bautismo,
que, padres y padrinos, hicieron en sus nombres el día del bautismo.
Acompañados de sus padres, padrinos, familiares y catequista, así como de la comunidad parroquial, dijeron SI a Dios y renunciaron al mal, al pecado, para ser cada día más amigos de Jesús.
Fue una celebración sencilla en la que se insistió que la labor de educación en la fe es una responsabilidad de los padres y padrinos, que no termina con la celebración de la renovación de las promesas bautismales, sino que continúa a lo largo de la vida.
Tras la bienvenida por parte del párroco, un padre, en nombre de todos los presentes, expresó la alegría y acción de gracias a Dios al ver que sus hijos siguen el camino de Jesús. Como padres y madres se comprometieron a hacer todo lo posible para que con la palabra y con el ejemplo de vida, sus hijos/as vayan haciéndose cada día mejores cristianos. Por último pusieron, los padres y madres, su confianza, en la ayuda de Dios, para que sus hijos cumplieran las promesas que ellos hicieron en su nombre el día de su bautismo.
Tras la lectura del evangelio, los niños cogieron luz del "Cirio Pascual" y, en un ambiente de silencio, contestaron a estas preguntas que el párroco les hizo:
Acompañados de sus padres, padrinos, familiares y catequista, así como de la comunidad parroquial, dijeron SI a Dios y renunciaron al mal, al pecado, para ser cada día más amigos de Jesús.
Fue una celebración sencilla en la que se insistió que la labor de educación en la fe es una responsabilidad de los padres y padrinos, que no termina con la celebración de la renovación de las promesas bautismales, sino que continúa a lo largo de la vida.
Tras la bienvenida por parte del párroco, un padre, en nombre de todos los presentes, expresó la alegría y acción de gracias a Dios al ver que sus hijos siguen el camino de Jesús. Como padres y madres se comprometieron a hacer todo lo posible para que con la palabra y con el ejemplo de vida, sus hijos/as vayan haciéndose cada día mejores cristianos. Por último pusieron, los padres y madres, su confianza, en la ayuda de Dios, para que sus hijos cumplieran las promesas que ellos hicieron en su nombre el día de su bautismo.
Tras la lectura del evangelio, los niños cogieron luz del "Cirio Pascual" y, en un ambiente de silencio, contestaron a estas preguntas que el párroco les hizo:
- ¿Renuncias al mal, esto es,
renunciáis a hacer daño al prójimo, en casa, en el colegio, en la calle y con
los amigos?
Si, renuncio
- ¿Renunciáis a la mentira, al
egoísmo, a la envidia, al odio para ser más amigos de Jesús?
Si, renuncio
- ¿Renunciáis a todo aquello que os
separa de Dios?
Si, renuncio
- ¿Prometéis seguir a Jesús cumpliendo
el mandamiento del amor a Dios y el amor al prójimo?
Sí, lo prometo
- ¿Creéis en Dios, que es nuestro
Padre, que nos quiere y que ha hecho el cielo y la tierra?
Sí, creo
- ¿Creéis en Jesús, que es vuestro
amigo, que nació de María, que murió en una cruz para salvarnos, que al tercer
día resucito y que habita en nuestro corazón?
Sí, creo
- ¿Creéis en el Espíritu Santo, que
es la fuerza de Dios que nos ayuda a hacer el bien y a amar a todos los seres?
Sí, creo
- ¿Creéis en la Iglesia católica,
en el perdón de los pecados y en la vida eterna?
Sí, creo
Esta es la fe de la Iglesia, es
la fe que nuestros padres y padrinos proclamaron el día de nuestro bautismo, es
la fe que nos gloriamos profesar y vivir. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén
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