miércoles, 31 de mayo de 2017

LAS SIETE TENTACIONES DEL CONSAGRADO, SEGÚN EL PAPA FRANCISCO



Siete son las tentaciones de toda persona consagrada: las enumeró el Papa Francisco en un breve pero emotivo encuentro con los religiosos y sacerdotes católicos de Egipto, poco antes de partir de vuelta a Roma. Son estas:

1. La tentación de dejarse arrastrar y no guiar.
El Buen Pastor tiene el deber de guiar a su grey (cf. Jn 10,3-4), de conducirla hacia verdes prados y a las fuentes de agua (cf. Sal 23). No puede dejarse arrastrar por la desilusión y el pesimismo: «Pero, ¿qué puedo hacer yo?».
Está siempre lleno de iniciativas y creatividad, como una fuente que sigue brotando incluso cuando está seca. Sabe dar siempre una caricia de consuelo, aun cuando su corazón está roto. Saber ser padre cuando los hijos lo tratan con gratitud, pero sobre todo cuando no son agradecidos (cf. Lc 15,11-32). Nuestra fidelidad al Señor no puede depender nunca de la gratitud humana: «Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,4.6.18).

2. La tentación de quejarse continuamente. 
Es fácil culpar siempre a los demás: por las carencias de los superiores, las condiciones eclesiásticas o sociales, por las pocas posibilidades. Sin embargo, el consagrado es aquel que con la unción del Espíritu transforma cada obstáculo en una oportunidad, y no cada dificultad en una excusa.
Quien anda siempre quejándose en realidad no quiere trabajar. Por eso el Señor, dirigiéndose a los pastores, dice: «fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes» (Hb 12,12; cf. Is 35,3).

3. La tentación de la murmuración y de la envidia.
Y esta es mala, ¿eh? El peligro es grave cuando el consagrado, en lugar de ayudar a los pequeños a crecer y de regocijarse con el éxito de sus hermanos y hermanas, se deja dominar por la envidia y se convierte en uno que hiere a los demás con la murmuración. Cuando, en lugar de esforzarse en crecer, se pone a destruir a los que están creciendo, y cuando en lugar de seguir los buenos ejemplos, los juzga y les quita su valor.
La envidia es un cáncer que destruye en poco tiempo cualquier organismo: «Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir» (Mc 3,24-25). De hecho, no lo olviden, «por envidia del diablo entró la muerte en el mundo» (Sb 2,24). Y la murmuración es su instrumento y su arma.

4. La tentación de compararse con los demás.
La riqueza se encuentra en la diversidad y en la unicidad de cada uno de nosotros. Compararnos con los que están mejor nos lleva con frecuencia a caer en el resentimiento, compararnos con los que están peor, nos lleva, a menudo, a caer en la soberbia y en la pereza.
Quien tiende siempre a compararse con los demás termina paralizado. Aprendamos de los santos Pedro y Pablo a vivir la diversidad de caracteres, carismas y opiniones en la escucha y docilidad al Espíritu Santo.

5. La tentación del «faraonismo», es decir, de endurecer el corazón y cerrarlo al Señor y a los demás.
Es la tentación de sentirse por encima de los demás y de someterlos por vanagloria, de tener la presunción de dejarse servir en lugar de servir. Es una tentación común que aparece desde el comienzo entre los discípulos, los cuales —dice el Evangelio— «por el camino habían discutido quién era el más importante» (Mc 9,34).
El antídoto a este veneno es: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos» (Mc 9,35).

6. La tentación del individualismo. 
Como dice el conocido dicho egipcio: «Yo, y después de mí, el diluvio». Es la tentación de los egoístas que por el camino pierden la meta y, en vez de pensar en los demás, piensan sólo en sí mismos, sin experimentar ningún tipo de vergüenza, más bien al contrario, se justifican. La Iglesia es la comunidad de los fieles, el cuerpo de Cristo, donde la salvación de un miembro está vinculada a la santidad de todos (cf. 1Co 12,12-27; Lumen gentium, 7). El individualista es, en cambio, motivo de escándalo y de conflicto.

7. La tentación del caminar sin rumbo y sin meta.
El consagrado pierde su identidad y acaba por no ser «ni carne ni pescado». Vive con el corazón dividido entre Dios y la mundanidad. Olvida su primer amor (cf. Ap 2,4). En realidad, el consagrado, si no tiene una clara y sólida identidad, camina sin rumbo y, en lugar de guiar a los demás, los dispersa. Vuestra identidad como hijos de la Iglesia es la de ser coptos —es decir, arraigados en vuestras nobles y antiguas raíces— y ser católicos —es decir, parte de la Iglesia una y universal—: como un árbol que cuanto más enraizado está en la tierra, más alto crece hacia el cielo.

Queridos consagrados, hacer frente a estas tentaciones no es fácil, pero es posible si estamos injertados en Jesús: «Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí» (Jn 15,4). Cuanto más enraizados estemos en Cristo, más vivos y fecundos seremos. Así el consagrado conservará la maravilla, la pasión del primer encuentro, la atracción y la gratitud en su vida con Dios y en su misión.

lunes, 29 de mayo de 2017

RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO


El domingo, en la Eucaristía de la Ascensión del Señor, 9 niñ@s de nuestra parroquia renovaron las promesas del bautismo, que, padres y padrinos, hicieron en sus nombres el día del bautismo. 
Acompañados de sus padres, padrinos, familiares y catequista, así como de la comunidad parroquial, dijeron SI a Dios y renunciaron al mal, al pecado, para ser cada día más amigos de Jesús.
Fue una celebración sencilla en la que se insistió que  la labor de educación en la fe es una responsabilidad de los padres y padrinos, que no termina con la celebración de la renovación de las promesas bautismales, sino que continúa a lo largo de la vida.
Tras la bienvenida por parte del párroco, un padre, en nombre de todos los presentes, expresó la alegría y acción de gracias a Dios al ver que sus hijos siguen el camino de Jesús.  Como padres y madres se comprometieron a hacer todo lo posible para que con la palabra y con el ejemplo de vida, sus hijos/as vayan haciéndose cada día mejores cristianos. Por último pusieron, los padres y madres, su confianza, en la ayuda de Dios, para que sus hijos cumplieran las promesas que ellos hicieron en su nombre el día de su bautismo.
Tras la lectura del evangelio, los niños cogieron luz del "Cirio Pascual" y, en un ambiente de silencio, contestaron a estas preguntas que el párroco les hizo:

- ¿Renuncias al mal, esto es, renunciáis a hacer daño al prójimo, en casa, en el colegio, en la calle y con los amigos?
Si, renuncio
- ¿Renunciáis a la mentira, al egoísmo, a la envidia, al odio para ser más amigos de Jesús?
Si, renuncio
- ¿Renunciáis a todo aquello que os separa de Dios?
Si, renuncio
- ¿Prometéis seguir a Jesús cumpliendo el mandamiento del amor a Dios y el amor al prójimo?
Sí, lo prometo
- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que nos quiere y que ha hecho el cielo y la tierra?
Sí, creo
- ¿Creéis en Jesús, que es vuestro amigo, que nació de María, que murió en una cruz para salvarnos, que al tercer día resucito y que habita en nuestro corazón?
Sí, creo
- ¿Creéis en el Espíritu Santo, que es la fuerza de Dios que nos ayuda a hacer el bien y a amar a todos los seres?
Sí, creo
- ¿Creéis en la Iglesia católica, en el perdón de los pecados y en la vida eterna?
Sí, creo
Esta es la fe de la Iglesia, es la fe que nuestros padres y padrinos proclamaron el día de nuestro bautismo, es la fe que nos gloriamos profesar y vivir. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

sábado, 20 de mayo de 2017

PRIMERAS COMUNIONES EN LA PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE LOS DOLORES


Foto: Niños de 1ª Comunión de la Parroquia Ntra. Sra. de los Dolores
junto a sus catequistas, Marina y Hermana Ana, párroco Santi y Juan Romero (diácono)

En la parroquia de Ntra. Sra. de los Dolores, hoy sábado 20 de mayo, se ha celebrado la fiesta de las Primeras Comuniones 2017. 
Tras dos años de formación catequética, han recibido a Jesús, por primera en en sus vidas, bajo las especies de pan:
Eva Cintado Castilleja
Manuel Cintado Castilleja
Javier Quintero Fernández
Ezequiel Blanco Redondo
Daniel Carrasco Carballo
Javier Bayo Pulido
Daniel Alfonso Valerio
Cristian López Albendiz
Manuel Romero Vázquez
Carolina Pérez Giraldo
Igualmente en el convento de las Hermanas de la Cruz recibieron su primera comunión: Paola y Shakira.







Foto: Carolina, Manuel, Cristian, Daniel y Javier
(De izquierda a derecha)





Foto: Daniel, Ezequiel, Javier, Manuel y Eva
 (De izquierda a derecha)

Pidamos al Señor para que estos niños y niñas vivan con ilusión el compromiso cristiano que supone el regalo de la Eucaristía, que ayudado por la palabra y el ejemplo de sus padres y padrinos de bautismo, sean auténticos amigos de Jesús y sean transmisores del amor de Dios con su vida, en el barrio, hogar, colegio, juegos y diversiones.
Damos gracias a Dios y ponemos bajo el amparo del Maestro de Nazaret a sus catequistas: Hermana Ana, Ángeles, Marina y Hermanas de la Cruz que les han formado y enseñado la persona y el mensaje de Jesús.
Esta celebración ha sido una auténtica fiesta con el amigo Jesús, donde la alegría de todos los presentes ha sido la nota dominante. La parroquia de Los Dolores os desea a todos, pero especialmente a los niños y niñas que han hecho su Primera Comunión, que el amor a Jesús os lleve a amar al prójimo, pero especialmente al más débil y necesitado.
MUCHAS FELICIDADES.

domingo, 14 de mayo de 2017

FORMACIÓN SOBRE LA ENCÍCLICA: "LAUDATO SI"




LUGAR: CASA DE LA IGLESIA.- Centro Juvenil Siloé"
HORA: 20,30 H
PONENTE: JUAN MANUEL ARIJA
TEMA: EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN

Es importante que los cristianos conozcamos y sepamos traducir a nuestra vida el mensaje de la Iglesia, por ello os informo sobre dos conferencias centradas en la Encíclica del papa Francisco "LAUDATO SI". No dudéis en hacerlo llegar a cuantas personas creáis conveniente. Os animo a haceros presentes en esta formación, que creo que será del agrado de todos. 

sábado, 6 de mayo de 2017

MES DE MAYO. MES DE MARIA



1.- Dios tiene predilección por los sencillos; aún más Dios se hace presente en lo sencillo, pequeño y cotidiano. En aquello que incluso nosotros no damos importancia, Dios está ahí. El profeta Elías, busca a Dios y no le encuentra en lo espectacular, en el terremoto, en el viento huracanado, en el fuego arrasador… Dios se hizo presente en “una suave y tenue brisa

2.- Tras la resurrección, y con la presencia del Espíritu Santo en su corazón, Pedro define a Cristo con estas palabras: “Paso haciendo el bien y curando toda dolencia”, la sencillez por bandera para describir la vida, mensaje y obra del Maestro de Nazaret, de un hombre-Hijo de Dios que cambió la historia.
El diseño de vida de Cristo es para sencillos: ¿Quieres ser discípulo mío?, pues toma tu cruz y sígueme; ¿quieres ser grande? pues hazte pequeño y servidor de los demás; ¿quieres ser el primero? pues sé el último; ¿quieres tenerlo todo? pues vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y sígueme.

3.- Nuestra mirada, en este mes de mayo, nos acerca hasta María, la sentimos como madre, a quien rendimos culto, como la mujer pequeña de Nazaret, como MADRE SENCILLA y de los SENCILLOS.
María, fue aquella joven que proclamó, EN EL MAGNIFICAT, las maravillas que Dios había hecho en su vida, tras decirle SI al Señor.“Me llamarán todas las generaciones bienaventurada, pero no por mi valor; sino por las maravillas que Dios ha hecho conmigo
Cuando el Ángel anuncia a María la elección, por parte de Dios, como MADRE DEL MESIAS, de los labios de María nace aquel “Hágase en mi según tu Palabra”; oración que realizará Jesús, hijo de María, años más tarde en Getsemaní “… No se haga mi voluntad sino la tuya
Se siente la esclava del Señor, no hace alarde de la categoría y rango que adquiría a los ojos del Padre, se despoja de todo título y entiende la maternidad como servicio, ayuda, cuidado y entrega. Por ello se encamina hasta la casa de su prima Isabel, que ya mayor esperaba un hijo.

4.- Os invito desde la actitud de vida de María a esta reflexión:

- CONSTRUIR una Iglesia sencilla donde todo el mundo tenga sitio. Donde nadie se vea apartado o echado fuera.
- Una parroquia que sea CASA DE TODOS donde no nos fijemos en las apariencias, sino que miremos el corazón.
- Una parroquia, que acoja a quien se acerque a ella, prescindiendo de su de su grupo, condición, social, política, económica...
- Seamos puentes que acerquemos los hombres a Dios y nunca jamás muros que separen y dividan. Que cualquier ser humano que quiera acercarse al Señor, encuentre en nosotros el estilo de sencillez de la Virgen María. 
El gran pecado del cristiano de todos los tiempos es que nuestra vida y actitudes alejen al ser humano de Dios, en vez de ayudarle a encontrarse con Él.
Es todo un reto para nuestra Iglesia del siglo XXI, dar testimonio del amor de Dios mediante la sencillez

En una sociedad individualista, del YO por encima del NOSOTROS; en una sociedad donde prima la apariencia, lo externo, el TENER por encima del SER; en una sociedad en la que mirarse al ombligo, creyéndose imprescindible, es nota dominante… La Iglesia, el cristianismo, necesita de hombres y mujeres que apuesten por la sencillez de corazón, haciendo de su vida una entrega generosa al prójimo, especialmente a los más débiles y desfavorecidos.