lunes, 23 de julio de 2018

FESTIVIDAD DEL APÓSTOL SANTIAGO



Jesús instituyó a doce para “que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar”. Celebrar la fiesta de un apóstol es acercarnos a aquella experiencia única y privilegiada de contacto vital y diario con Jesús, acompañándolo y siendo testimonios directos de su presencia, de su actividad, de su predicación y de su resurrección. Nuestra fe se apoya en Jesús a través de la mediación de los apóstoles, primeros testimonios directos de Cristo.
El día 25 de julio celebramos la festividad del apóstol Santiago, uno de los hijos de Zebedeo, un apóstol que, junto con San Pablo, se sitúa en los inicios de la predicación, arraigo y extensión de la fe en la península Ibérica.
Llama la atención que Santiago, junto con Pedro y Juan, tiene un papel especial en algunos episodios de la vida de Jesús; como por ejemplo en la transfiguración, la resurrección de la hija de Jairo, la oración en el Huerto.
Además es protagonista con su hermano Juan de una petición singular, que realiza la madre de ellos a Jesús: “Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y otro a tu izquierda
La festividad del apóstol es una invitación agradecer a Dios el primer impulso misionero, que han hecho llegar a todo el mundo la Palabra y el Mensaje de Cristo. Un impulso que hoy continúa y se nos pide que sea realizado por nosotros con un nuevo ardor.

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