lunes, 30 de julio de 2018

CRISTIANOS INSENSATOS O SENSATOS





"Cristianos insensatos" Así llama el Señor a aquellos que escuchan sus palabras y no las ponen en práctica. «Ha llegado el momento de preguntarnos con realismo y honestidad cuáles son las bases sobre las que estamos construyendo la vida de nuestras comunidades cristianas. No basta seguir llamando a Jesús “Señor, Señor”. Es necesario escuchar juntos su Palabra y animarnos mutuamente a ponerla en práctica».
La pregunta debe hacerse también en el ámbito de lo personal. Debemos preguntarnos cada uno sobre qué cimientos estamos construyendo nuestra personal vida cristiana.
En todo caso, la advertencia del Señor es muy seria, grave y decisiva. La «sensatez» de la vida y en la vida tiene su fuente en la Palabra de Dios acogida y hecha norma de conducta. De lo contrario, si escuchamos pero no cumplimos, como el que construye sobre arena, lo lógico es que se nos hunda la casa de la vida cristiana, la casa de la fe y el seguimiento de Jesucristo, la casa de nuestro vivir en la Iglesia y como Iglesia.
¡Cuántas casas cristianas caídas….!  ¡Cuántas vocaciones a ser personas y a ser santos frustradas en el camino de la vida…! ¡Cuánta insensatez en la Iglesia de esta hora…!
Se impone tomarnos muy en serio la recomendación del Señor: Si queremos permanecer en pie, frente a cualquier «viento y marea», si queremos ser sensatos y construir con firmeza la casa de la salvación, la casa de la Iglesia, no nos queda más que este camino: escuchar la Palabra de Dios y llevarla a la práctica.

lunes, 23 de julio de 2018

FESTIVIDAD DEL APÓSTOL SANTIAGO



Jesús instituyó a doce para “que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar”. Celebrar la fiesta de un apóstol es acercarnos a aquella experiencia única y privilegiada de contacto vital y diario con Jesús, acompañándolo y siendo testimonios directos de su presencia, de su actividad, de su predicación y de su resurrección. Nuestra fe se apoya en Jesús a través de la mediación de los apóstoles, primeros testimonios directos de Cristo.
El día 25 de julio celebramos la festividad del apóstol Santiago, uno de los hijos de Zebedeo, un apóstol que, junto con San Pablo, se sitúa en los inicios de la predicación, arraigo y extensión de la fe en la península Ibérica.
Llama la atención que Santiago, junto con Pedro y Juan, tiene un papel especial en algunos episodios de la vida de Jesús; como por ejemplo en la transfiguración, la resurrección de la hija de Jairo, la oración en el Huerto.
Además es protagonista con su hermano Juan de una petición singular, que realiza la madre de ellos a Jesús: “Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y otro a tu izquierda
La festividad del apóstol es una invitación agradecer a Dios el primer impulso misionero, que han hecho llegar a todo el mundo la Palabra y el Mensaje de Cristo. Un impulso que hoy continúa y se nos pide que sea realizado por nosotros con un nuevo ardor.

lunes, 16 de julio de 2018

DISCÍPULOS Y TESTIGOS DEL MAESTRO




El discípulo es aquel que se ha propuesto como meta llegar a ser como su maestro (Mt 10,25). Para ello, comparte con el maestro su vida, para aprenderlo todo de él, para aprender a pensar, sentir y vivir como su maestro. Dios nos invita a dejarnos moldear por sus manos, como la arcilla se deja dar forma por el alfarero. El discípulo es aquel que se entrega a las manos de su Maestro y se deja modelar dócilmente. 
Desde los textos evangélicos, ser discípulo de Jesús, consiste en:

- Dejarlo todo y seguir a Jesús: abandonar todo aquello que sé que me aparta de Dios, para seguir el camino que Jesús me indica, y seguir su ejemplo de vida.
- Sentarse a los pies de Jesús: darme un tiempo suficiente, con calma, con atención, con el corazón dispuesto para escuchar la Palabra de Jesús, para escuchar sus enseñanzas. Significa dedicar un tiempo suficiente a aprender más acerca de lo que Jesús enseñó y dijo.
- Creer en Jesús: significa entender que todo lo que hizo y dijo Jesús no son simplemente acontecimientos históricos y palabras bonitas, sino enseñanzas para mi vida, para que yo ponga en práctica.
- Amar a Jesús más que a nada en el mundo significa que Jesús tiene que ser para mí una persona viva, a quien amo, no un "personaje de historia" a quien simplemente admiro. El tiene que ser el centro de mi vida.
- Renunciar a todo: no dejar todas las cosas que uno tiene en la vida (casa, familia, trabajo…), sino darles la importancia que les corresponde, y no vivir aferrado a ellas.
- Carga con la cruz: aceptar las propias limitaciones, los defectos, y todas aquellas cosas que me cuestan en la vida o que podrían hacerme volver atrás y, a pesar de todo ello, seguir adelante junto a Jesús.
- Hacer la voluntad de Jesús significa no quedarse solamente con las palabras de Jesús como enseñanzas bonitas, sino ir transformando mi vida aplicando en ella todo lo que voy aprendiendo y conociendo acerca de Jesús y su Mensaje.
- Alabar a Dios: nos indica que el discípulo debe ser un hombre de oración, que siempre encuentra un momento para comunicarse con Dios y para alabarlo.
- Amar a los hermanos: el discípulo no puede vivir su relación con Dios dejando de lado a los demás. El discípulo se compromete con sus hermanos, con sus alegrías y sufrimientos y comparte con ellos lo que vive junto a Jesús.
- Dar frutos: un discípulo no puede limitarse a aprender a conocer y amar a Jesús. Es preciso que los demás se den cuenta que él conoce y ama a Jesucristo. Para ello, debe dar frutos, es decir, volcar en obras lo que está aprendiendo junto a Jesús.

jueves, 5 de julio de 2018

ORACIÓN EN VACACIONES




ORACIÓN EN EL DESCANSO

Señor Jesús, que pasaste haciendo el bien y trabajando por el Reino y nos invitas también a nosotros a trabajar por él, anunciando su cercanía, pongo en tus manos estos días de descanso y tranquilidad. En tus manos pongo mis vacaciones.
Sé que el periodo vacacional no es un tiempo habitual en mi vida, sino más bien un tiempo ocasional, y debo vivirlo de manera extraordinaria, pero sé también que Tú mismo invitaste a tus apóstoles un día, al descanso: «Venid vosotros solos a un lugar apartado y tranquilo, para descansar»
Acuérdate, Señor, de mis actividades cotidianas esas que por un momento he dejado a un lado, ocúpate de mis cosas en medio de este descanso necesario.
Sé que muchos de mis hermanos no descansan ni un solo momento, por ellos pido, por los que deben seguir con su trabajo cotidiano, por sus familias, sus sueños y esperanzas.
Que en estos días de descanso, Señor, podamos reencontrarnos contigo, tomar nuevas fuerzas para el camino y así anunciar a todos que tu Reino está cerca.