"Cristianos insensatos" Así llama el Señor a aquellos que escuchan
sus palabras y no las ponen en práctica. «Ha
llegado el momento de preguntarnos con realismo y honestidad cuáles son las
bases sobre las que estamos construyendo la vida de nuestras comunidades
cristianas. No basta seguir llamando a Jesús “Señor, Señor”. Es necesario
escuchar juntos su Palabra y animarnos mutuamente a ponerla en práctica».
La pregunta debe hacerse también en el ámbito
de lo personal. Debemos preguntarnos cada uno sobre qué cimientos estamos
construyendo nuestra personal vida cristiana.
En todo caso, la advertencia del Señor es muy
seria, grave y decisiva. La «sensatez» de la vida y en la vida tiene su fuente
en la Palabra de Dios acogida y hecha norma de conducta. De lo contrario, si
escuchamos pero no cumplimos, como el que construye sobre arena, lo lógico es
que se nos hunda la casa de la vida cristiana, la casa de la fe y el
seguimiento de Jesucristo, la casa de nuestro vivir en la Iglesia y como
Iglesia.
¡Cuántas casas cristianas caídas….! ¡Cuántas vocaciones a ser personas y a ser
santos frustradas en el camino de la vida…! ¡Cuánta insensatez en la Iglesia de
esta hora…!
Se impone tomarnos muy en serio la recomendación
del Señor: Si queremos permanecer en pie, frente a cualquier «viento y marea»,
si queremos ser sensatos y construir con firmeza la casa de la salvación, la
casa de la Iglesia, no nos queda más que este camino: escuchar la Palabra de
Dios y llevarla a la práctica.