Foto: Madre e hijo acogidos en Casa-Familia Oasis
La acogida y el calor del hogar se respiran
en la Casa Familia Oasis desde el umbral. Se trata de un recurso que ofrece la
Iglesia de Huelva, a través de la Delegación para la Familia –enmarcada en la
Vicaría para la Transmisión de la Fe- a madres gestantes y con hijos pequeños
cuyas vidas, fuera de esas paredes, se desarrollarían en condiciones
inhóspitas, por ser rechazadas y excluidas en su entorno.
Y decimos
vida, porque eso es Oasis: una apuesta decidida por la vida. Por la vida del
niño y de la madre. Oasis es un puzle de historias desafortunadas, una madre y
un hijo que aprenden a andar juntos y en un ámbito positivo colmado de
seguridad y de amor. Es la nana que invita a un nuevo día entre el balbuceo de
unos niños que crecen bajo la mirada de la Virgen de las Gracias, la madre de
todos en esta casa a cargo de la Fraternidad de la Madre de Dios (Comunidad
ANAV), heredera de la labor que, durante tantos años, llevaron a cabo las
hermanas Adoratrices hasta su partida de Huelva.
En estos
últimos años han sido acogidas 28 chicas y han nacido en la Casa 29 niños. En
estos momentos son 5 madres y 6 niños, que reciben atención pastoral de la
Delegación para la Familia, desde donde se gestionan los recursos económicos que
son necesarios, se imparten talleres ocupacionales para las madres y diversas
actividades para los niños. Éste es un punto delicado, puesto que para
desarrollar esta maravillosa y necesaria labor, se requieren recursos que ahora
escasean, por lo que urge la colaboración en la medida de las posibilidades de
cada uno (Más información: pastoralfamiliarhuelva@gmail.com; teléfono 656 34 16
99).
Oasis
significa adquirir confianza, no sólo como madre, sino también como mujer. Con
ayuda espiritual y profesional, la madre no sólo es acogida, sino provista de
las herramientas necesarias para emprender el vuelo con su hijo. Por ello,
durante el tiempo de estancia, las madres son partícipes de talleres que, les
capacitan para emprender acciones inimaginables hasta el momento, aumentándoles
la autoestima.
El camino
no es fácil, pero ninguna de ellas duda en afirmar que Oasis ha sido un
verdadero descubrimiento en medio del desierto que antes de este hallazgo
era sus vidas. Seguirá siendo duro, pero es tiempo de encauzar, de creer, de
esperar. Y así, con la nueva vida que ha nacido de sus vientres, nace también
la oportunidad de empezar de nuevo. Todo sea por la vida.