viernes, 1 de septiembre de 2017

ORAR CON EL SALMO 138



Señor, tú me sondeas y me conoces; me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares.

No ha llegado la palabra a mi lengua, y ya, Señor, te la sabes toda.

Me envuelves por doquier, me cubres con tu mano. Tanto saber me sobrepasa, es sublime, y no lo abarco.
¿Adónde iré lejos de tu aliento, adónde escaparé de tu mirada? Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro; si vuelo hasta el margen de la aurora, si emigro hasta el confín del mar, allí me alcanzará tu izquierda, tu diestra llegará hasta mí.

Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra, que la luz se haga noche en torno a mí», ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, Como era en un principio, ahora y siempre, Por los siglos de los siglos. Amén

1 comentario:

  1. ENCONTRÉ ESTO POR CASUALIDAD Y ME PARECE HERMOSO E INTERESANTE , TRATARÉ DE COMPARTIRLO Ó GUARDARLO YA QUE NO HE PODIDO , GRACIAS

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