PARROQUIA DE "LOS DOLORES" HUELVA: HOMENAJE AL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS

COMENTARIO A LAS LECTURAS DEL DOMINGO XIX TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

En el evangelio de este domingo, Jesús habla de sí mismo como el PAN QUE HA BAJADO DEL CIELO Y DA LA VIDA AL MUNDO. Todo en Jesús es manifestación de su amor por cada uno de nosotros y este amor es el mejor alimento que podemos recibir. Por eso necesitamos entrar en su presencia cada día. Las ayudas humanas, el afecto, la cercanía de las personas… contribuye a levantar el ánimo a cada uno de nosotros, que formamos parte del pueblo cristiano y que estamos llamados anunciar el evangelio de la salvación… pero, además, necesitamos alimentarnos sólidamente de la Palabra y del Espíritu de Jesús para poder cumplir nuestra misión en este mundo. Esta presencia de Jesús que buscamos cada día, la encontramos, sobre todo, cuando nos reunimos en la iglesia para la celebración de la Eucaristía. Aquí, reunidos, reconocemos a Jesús como verdadera vid que cuida de sus sarmientos. Aquí Jesús nos invita al banquete y hace que nos sentemos junto a Él para robustecernos. Aquí, en torno a su mesa, el Señor, por medio de su Palabra, nos habla al corazón, ilumina nuestras vidas y enardece nuestros corazones con el fuego de su amor. Con la fuerza de este alimento podemos vencer las dificultades y hacer el bien a nuestro alrededor. No nos queda más que dar gracias a Cristo, pan vivo bajado del cielo, por invitarnos a su mesa y hablarnos al corazón.