domingo, 24 de diciembre de 2017

MEDITACIONES PARA TODAS LAS FIESTAS DE NAVIDAD



NATIVIDAD DEL SEÑOR (25 DICIEMBRE)
El día 25 de diciembre nos encontraremos celebrando las fiestas de Navidad, fiestas en las que los cristianos vivimos la alegría interior por la presencia de Jesús de Nazaret en nuestras vidas, en nuestros corazones y en el mundo.
Navidad es una acción de gracias a Dios por el regalo de su propio Hijo.
Navidad es reconocer que tenemos un Dios entrañable que nos da la oportunidad de llamarle Padre.

Navidad  no es un momento, ni un tiempo  concreto de la historia,  ni unos días o fechas del calendario, sino que es un estilo, una  forma  de  vivir,  una  manera de ser que tiene que alargarse en el tiempo, que no está sujeta a un momento, sino que debe caracterizarnos a lo largo de toda nuestra vida.
En Navidad Dios acepta al hombre, lo mira benévolamente y encontramos la sonrisa de Dios en el Niño de Belén.
Es en Navidad cuando celebramos la generosidad de Dios y su rostro misericordioso.
Es en Navidad cuando vemos a un Dios cercano, que se hace niño y adopta los valores de un niño: pequeñez, debilidad, ternura, humanidad, sencillez, humildad, bondad, confianza, amor… En definitiva, Navidad es todo el año, los 365 días, porque los valores, que en estos días se celebran, los debemos hacer realidad en cada instante de nuestra existencia. Ser cristiano tampoco puede tener una fecha, es un estilo nuevo de vivir.

SANTA MARÍA MADRE DE DIOS (1 ENERO)
La liturgia de este primer día del año nos invitará a fijar nuestra la mirada en la Madre de aquel “niño acostado en el pesebre”. María es la madre de Jesús, madre de Dios, madre de la Iglesia y madre nuestra. María llena de gracia, conservaba en su corazón cada instante que transcurría, meditaba todo lo que pasaba entorno a Ella y al Niño. Ella canta la grandeza de Dios, sin olvidos.
Puede que pasen las fiestas de Navidad y nos olvidemos de lo que hemos celebrado, en este caso deberíamos tener en María un modelo que nos recuerde la importancia de mantener, en nuestro interior, la memoria de Jesús, desde su nacimiento hasta su muerte y resurrección. 
Alguien ha dicho que el hombre moderno ha de aprender a “sentarse y pensar”. En este sentido María es maestra y modelo para el hombre de hoy, que nos enseña: aprender a contemplar en el corazón el misterio del amor de Dios manifestado en Jesús

EPIFANÍA DEL SEÑOR (6 ENERO)  
Los Reyes Magos representan a todos los pueblos con su variedad de culturas; en el amor de Dios no hay nadie que esté excluido. 
Dios se quiere revelar, (des-velar) a todos. Con la fiesta de la Epifanía queda subrayada la claridad de Jesús frente a la oscuridad. En momentos de desconcierto, de incertidumbre… Cristo es la claridad.
Cuando observamos que los Magos se ponen en camino, no tienen la seguridad exacta y precisa de hacía donde les llevará la estrella; pero en ellos hay confianza. 
Esta misma actitud la podemos adivinar hoy, en muchas personas que buscan el sentido de sus vidas. Son personas que han perdidos las referencias tradicionales de su fe, aunque desean dar un significado a su historia personal y buscan algo que les llene de verdad. 
La comunidad cristiana, la familia parroquial, debe ser “estrella” que acerque a estas personas a Cristo. ¿Somos conscientes de que hemos de comunicar la gracia de Dios a todos los que están buscando? A quien busca el sentido de su vida le es extraordinariamente útil ver que quien proclama que su vida tiene sentido lo manifiesta de manera creíble. Así, nuestra vida, si es testimonio, tendrá sentido.

BAUTISMO DEL SEÑOR (DOMINGO 7 ENERO)
Con la fiesta del Bautismo del Jesús se cierra el tiempo de Navidad y se abre lo que denominamos tiempo ordinario.
Hoy el evangelio nos sitúa en la contemplación del bautismo del Señor.
El Padre le reconoce como Hijo amado, y el Espíritu le acompañará siempre en su misión.
Cada cristiano, al recibir el bautismo tiene por misión reproducir lo que ha aprendido de Cristo. Al ser bautizados empezamos nuestra biografía cristiana. 
Quizás una de las cosas más importantes que le puede pasar a un cristiano al ser bautizado es que: ha de tomar conciencia de que Dios es Padre; un Padre que por encima de todo nos ama, y nos invita a dar testimonio de su amor allá donde vayamos.
con el bautismo Jesús comienza su misión. Y nosotros somos invitados a creer en Él y seguirle. 
Nos encontraremos espiritualmente a orillas del río Jordán. Allí empezó la misión de Jesús, una misión que, a través de los siglos y gracias al testimonio de los apóstoles y de toda la Iglesia, ha llegado a nosotros. Nosotros, en el momento de nuestro bautismo, nos unimos a Jesús para continuar su misma misión.

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